viernes, 2 de enero de 2015


RUMBO AL 3er PUNTO DEL TALLER

CONSIGNA PARA VER “TODOS DICEN TE QUIERO"

parte II (el desenlace y la consigna)

* Joe Berlin ha seguido tocando los botones precisos en cada encuentro posterior en Venecia con Vonnie Sydell (ha sabido hasta cuándo soplarle los omóplatos, tal como a ella le enloquece). Ella ya está de regreso en Nueva York y en el consultorio... También la hija de Joe:


(el corte de esta última escena interrumpe la frase de Djuna, que alude a otra línea del relato de la que no nos estamos ocupando, la muerte del abuelo de Djuna. Sin embargo en las resonancias de esa frase interrumpida acaso se preanuncie lo que sucederá entre Joe y Von)

***

* Von decide dejar a su marido e irse a vivir a París con el hombre de sus sueños, mr Berlin. La felicidad es completa.

Tiempo después la hija de Joe, junto con su mamá, el nuevo marido de la madre y toda la familia, viajan también a París para una reunión familiar. En el cuarto que ocupan en París, esperan por Joe...



***

En nuestro primer encuentro habíamos ubicado en "Función y campo..." que "no hay palabra sin respuesta incluso si no encuentra más que el silencio, con tal de que tenga un oyente...". Precisamos en ello el entre dos que tal idea conlleva. Y por tanto la imposibilidad de ser amo de la respuesta que se da.

Les propongo ahora cruzar tal planteo con este otro, proveniente de un pasaje del escrito de Lacan, "Variantes de la cura tipo" (Escritos I, pag 318, originalmente publicado en 1955; el subrayado es mío):
"En el camino de la verdadera (humildad), no habrá que buscar lejos la ambigüedad insostenible que se propone al psicoanálisis; está al alcance de todos. Ella es la que se revela en la cuestión de lo que quiere decir hablar y cada uno la encuentra con sólo acoger un discurso. Pues la locución misma en que la lengua recoge su intención más ingenua: la de entender lo que "quiere decir", dice suficientemente que no lo dice"."Pero lo que quiere decir ese "quiere decir" es también de doble sentido, y depende del oyente que sea el uno o el otro: ya sea lo que el hablante quiere decirle por medio del discurso que le dirige, o lo que ese discurso le enseña de la condición del hablante. Así, no sólo el sentido de ese discurso reside en el que lo escucha, sino que es de su acogida de la que depende quién lo dice: es a saber el sujeto al que concede acuerdo y fe, o ese otro que su discurso le entrega como constituido".


He aquí la consigna
(apenas uno de los modos posibles de asomarse a esta historia de Von, Joe y compañía)


¿encontrás alguna relación entre lo que nos plantea Lacan y el fracaso de las estrategias de Joe?


No hay comentarios:

Publicar un comentario